Con los años se ha vuelto un procedimiento muy popular, porque es una cirugía plástica sencilla que deja buenos resultados en el rostro. La intervención consiste en extraer grasa de otra parte del cuerpo, como el abdomen o los muslos, para ubicarla en zonas estratégicas del rostro y rellenar los surcos, arrugas y líneas de expresión. Antes de realizar la lipoinyección, mi equipo médico y yo centrifugamos la grasa con solución fisiológica, a fin de que quede purificada y apta para inyectarla en un nuevo lugar. Mi experiencia como cirujano plástico me permite ubicar lugares estratégicos en el rostro para rellenar aquellas áreas que lo requieran, cuidando que la cara se siga viendo natural.
Como la grasa es extraída de tu mismo cuerpo, esta no será rechazada ni tampoco provocará una reacción desfavorable como alergias u otro tipo de inconveniente.